¿Sabías que la Feria del Alfeñique de Toluca tiene una historia que data de la
época prehispánica? Época en la que se elaboraba una gran variedad de dulces a
base de amaranto, miel de maguey o de abejas que ya se encontraban en algunos
lugares; ingredientes que se mezclaban para formar palanquetas de amaranto.
Con la llegada de los españoles se integraron ingredientes como
el azúcar, la leche, almendras y nueces, pero a partir de La Conquista surge
una gran variedad de dulces salidos de los conventos. Así que las monjas
empiezan a elaborar galletas con mermeladas, turrones, torrejas, dulces de
leche, mamones, alfeñiques, camotes, calabazas en tacha, mostachones,
charamuscas, frutas cristalizadas, carlotas, arrayanes, melindres, natillas,
tartaletas y yemas.
La
palabra alfeñique toma su nombre de la pasta de almendras (pasta de azúcar
glass amasada con aceite de almendras dulces, que se cuece y estira en barras
muy delgadas), fue inventada en España y su nombre es de origen árabe. Los
alfeñiques en México son el resultado de la fusión de los usos y costumbres indígenas con las
españolas, que a su vez tienen raíces árabes.
Según los historiadores toluqueños, en 1630,
Francisco de la Rosa, residente de Toluca, solicitó a la Corona española permiso para
elaborar el dulce de alfeñique e instaló su comercio en la calle Real, hoy
avenida Independencia. Por lo que la tradicional Feria del Alfeñique se realiza desde 1989 para fortalecer la tradición del Día de
Muertos. En Toluca se realizan cuatro tipos de dulces: el alfeñique, a base de
azúcar amasada; el vaciado, con azúcar o chocolate a punto de miel; los dulces
de pepita, elaborados con semilla de calabaza; y las miniaturas, a partir de
diversas técnicas. ¿Y a ti ya se te hizo agua la boca? ¡Pruébalos!
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